El asesoramiento a las entidades financieras requiere un alto grado de especialización, del que gozan los profesionales de la firma y que se manifiesta en una doble vertiente. De un lado, en su tratamiento tanto en el Impuesto sobre Sociedades como en el IVA, donde el ámbito de aplicación de la exención que le es aplicable es un continuo foco de conflictos. De otro, sobre el tratamiento tributario de los productos, que conlleva su análisis previo antes de lanzarlos al mercado.